domingo, 21 de noviembre de 2010

Convivir es posible... con respeto y aceptación entre todos.

El respeto y la tolerancia son imprescindibles para cualquier convivencia, lo que  se hace más evidente cuando existen marcadas diferencias en religión, política, marcos culturales, etc...

Por eso me parece tan interesante el reportaje que Jesús Rodríguez ha publicado el 21/ noviembre/2010 en EL PAÍS sobre Melilla, "un laboratorio de convivencia", porque aunque no estén resueltos todos los problemas ("Melilla es una ciudad-frontera que separa dos mundos" y  "sobre los moradores de Melilla pende constantemente la reivindicación de Marruecos sobre su territorio"...), "el éxito de la integración en Melilla podría marcar el camino a una Europa enfrentada al reto de la multiculturalidad".

Como nos recuerda Jesús, "Melilla es la ciudad española con mayor densidad de habitantes: 6.000/km cuadrado", sin contar la población flotante, estimada en  unos 30.000 marroquíes cada día.

Aunque en los últimos 25 años los melillenses han aprendido que sin Marruecos no van a ningún lado", también es muy importante no olvidar que, en noviembre de 1985, "en torno a 20.000 personas de sangre rifeña no tenían papeles ni derechos", circunstancia que obligó a miles de musulmanes a echar a la calle para exigir sus derechos civiles. 

El desencadenante fue precisamente un artículo publicado en 'EL PAÍS' por Aomar Mohamedi Dudú (¡¡¡único melillense con estudios universitarios¡¡¡) en el que exigía dignidad y papeles para todos.

http://www.elpais.com/articulo/portada/laboratorio/convivencia/elpepusoceps/20101121elpepspor_10/Tes